martes, 11 de junio de 2013

CHISCO Y SU MADRE


CHISCO  Y SU MADRE 

Para los que no conocen a mi familia tengo que decirles que Chisco es hijo mío, que me divorcie de su madre hace 35 años y que el principal motivo del divorcio fue la protección que estaba dando a su hermano, Alfredo Rubio Fuertes, que vivía con nosotros, junto a su pareja y era traficante de hachís y heroína. Lo hacía desde nuestro domicilio. Había continuas llamadas al timbre de la puerta, él salía unos minutos y regresaba. Un día, buscando unas herramientas para una reparación casera me encuentro ocho tabletas de hachís escondidas entre las herramientas. En aquellos momentos yo estaba muy seriamente involucrado en el movimiento ciudadano, era presidente de la asociación de vecinos del barrio (“Casas Nuevas”) y participaba activamente en varios movimientos de izquierdas: movimiento ciudadano y sindical en la empresa en la que trabajaba.  

La crisis duró un par de meses y hubo un acuerdo mutuo. El caso lo llevó Azucena González, abogada de izquierdas y feminista. El piso me lo quedaba yo (la mitad  la habían pagado mis padres y el único dinero que entraba en casa era el procedente de mi salario), a Sali acorde pasarle  una pensión equivalente a un tercio de mi salario (transponiendo esa cantidad a la situación actual, es más de lo que me obliga el juez a pasarte ahora por Clara y Javier juntos). A pesar de todo, al mes de la separación, Sali y Chisco, estaban viviendo con otra persona con la que Sali mantenia relaciones antes del divorcio. Solo que no me enteré.

Con Chisco siempre me llevé bien, siempre tuvo llaves de mi casa. Cristina, su pareja, y él estuvieron en varias ocasiones en casa, en Villamandos, asistieron a nuestra boda, etc. . Y aunque sin una relación cotidiana, más por las reticencias de Chisco que por mi parte,  nunca rompimos la comunicación hasta que tú has interviniste. ¿Con que derecho? ¿Se puede medir el nivel “canallesco” que tienes en tu alma?

Pues bien, Chisco fue uno de tus objetivos. No sé lo que hablasteis, ni personalmente, ni por teléfono, pero si lo que ponías en tus chateos.

Ya anteriormente te recordé como le pediste que investigara sobre Rosa Gallego. Ahora insistías de tenía otro ligue en Ibiza con Sara Yéin,  otra amiga de Facebook, pintora, a la que no he visto en mi vida, pero que los cuadros que publicaba con intención de vender me gustaban y con la que mantuve una relación tan peligrosa como dar a sus pinturas un “me gusta”, pero escribiste un correo a chisco poniéndome a escurrir y contándole que tenía otro ligue en Ibiza. Me llamó por correo Cristina, su mujer, y les propuse cenar un día para explicarles la situación. Tu escuchabas la conversación desde la terraza a la que daba la ventana del estudio y voceabas diciendo: “¡A quien estas invitando a cenar!”.

A todo esto yo seguía con ese horario infernal, con mi padre muriéndose en el hospital, atendiendo a mis hijos y todas las tareas de la casa.

Yo seguía con esa rutina que era como una apisonadora de atender a los niños, a mi padre hospitalizado, casi moribundo, la casa (limpieza y comida), etc. Tú ya asesorada por tu abogada, Marisa Losada Cañete, buscabas apoyos de testigos por todos los sitios. Yo no tenía tiempo ni para respirar. Escribiste a Ignacio, secretario provincial de CC.OO. solicitando una declaración de “lo responsable” que eras mientras ejercías de sindicalista liberada, en aquella época en la que te quedabas en la cama hasta las 10 de la mañana para ir a la Secretaría de CC.OO en la Universidad y que te pasabas las tardes con reuniones o “asuntos” del sindicato, mientras ya llevaba el peso de toda la familia. En la petición especificas tanto lo que quieres que bien pudieras haberlo escrito tú y que él lo firmara. En el texto no se nota para nada el estado de stress a los que aludes en otras comunicaciones de ese momento. De hecho el estado discernido y relajado de la comunicación no indica que en la cima de la crisis estés tan afectada como para recibir “tratamiento” de tú médico, AA. Sociales, Concejalía de la mujer, como mujer víctima de malos tratos psicológicos”. Puro teatro.