jueves, 13 de junio de 2013

La última carta


ESTA ES LA ÚLTIMA CARTA A TI. PERO SERÁ UNA CARTA PÚBLICA. SE LA ENVIARÉ A TODOS LOS QUE EN ALGUN MOMENTO HAN ESTADO EN CONTACTO CON NOSOTROS PARA QUE CONOZCAN NUETRA VERDADERA HISTORIA. NUNCA MAS LAS PAREDES DEL UN HOGAR DEBEN ENCERRAR TATO SUFRIMIENTO Y TANTA MISERIA EN EL ALMA DE LOS QUE CON TRAMPAS, PREVALICACIONES, MENTIRAS Y DISCULPAS, LLENAN MUCHOS AÑOS DE SUS VIDAS APARENTANDO POR FUERA LO QUE NO SON PARA LOS SUYOS,  NO SOY UN DESMEMORIADO, AL MARCHAR DE CASA ME TRAJE TODAS MIS AGENDAS EN LAS QUE CON BREVES NOTAS DE MI VIDA CONTIGO ESTÁ APUNTADO




Esta carta está motivada por  ese breve mensaje que me enviaste al móvil el verano pasado, cuando pasaste por delante del cementerio de mi pueblo donde reposan parte de las cenizas de mi padre, las que tú, aun viviendo juntos, no quisiste llevar y que días antes, con mi padre moribundo, me denunciaste por violencia de genero. Decías en ese mensaje, unos meses después de que esto sucediera: “. Te quise mucho, lo sabes y me has dado dos soles. Dejémosles seguir brincando.” Como siempre, la hipocresía por bandera.
NOS CONOCIMOS Y .....


Lo primero, me quisiste mientras no había responsabilidades, mientras que la vida sonreía, tú con un trabajo cómodo, yo liberado, con una ayuda económica procedente del alquiler de mi piso, tú con tú casita de  Villamandos que pagábamos entre los dos. La reparamos, yo bastante más que tú (hicimos la cocina – tú barnizaste los muebles que yo construí-,  reparé las paredes que se caían de las humedades, retejé para evitar las goteras, etc.  La verdad es que el precio que pagamos a tú amiga estaba hinchado, pero no me importaba, éramos felices y habíamos caído en un pueblo en el que no conocíamos a nadie, un pueblo de ventanas cerradas  ¿te acuerdas?. Tú regalaste tú coche a alguien de tú familia y empezamos a utilizar el mío, yo no tenía carnet,  pero si coche. Un Niva con 24.000 Km cuando lo empezaste a utilizar tú. Siempre llevábamos un pequeño equipo de acampada en él, en alguna ocasión lo utilizamos de forma improvisada, allí donde nos caía la noche.  Era 1996. Este mismo año me atropelló un coche, a las ocho y media de la mañana¸ cuando transitaba por la acera camino al sindicato. La indemnización la cobramos en el 97 y también se dedicó a Villamandos y a las vacaciones. Nos queríamos, éramos felices.

Fuimos a Portugal y yo te enseñé, la provincia de León, que desconocías casi por completo (Babia, San Emiliano, Lillo, Las Medulas, etc….).. Instalé la calefacción de tu casa de Villamandos. Iba yo solo, en pleno invierno, a varios grados bajo cero,  a perforar paredes de tapial a mano, compré  las herramientas, estuve un mes o más  yendo casi todos los fines de semana en pleno invierno. Tú te quedabas en León, hacía mucho frio. Fuimos a Biescas en Navidad y recorrimos los Pirineos durante el verano del 96. Yo era de las personas más prestigiosas de la Ejecutiva provincial de CC.OO. , me movía por toda la provincia y por la Comunidad de Castilla y León, dando conferencias a los trabajadores para cambiar la “cultura sindical”. Dejé ese año, con el III Congreso Provincial de IU, que presidí yo en el Hotel París, la Presidencia Política Provincial de IU.  El dinero era abundante, seguíamos alquilando mi piso  y teníamos dos salarios medios. Tú ahorrabas un poco, pagabas la hipoteca de Villamandos, los gastos de comunidad del piso alquilado de León (el alquiler lo pagábamos con lo que nos pagaban por el alquiler del mío. Todo lo demás yo. Mejoré mucho Villamandos.